La eficiencia de conversión, litros de leche producida por unidad de materia seca consumida, es un parámetro de gran utilidad a la hora de evaluar la productividad de las vacas lecheras. El mismo tiene alta relevancia ya que la leche constituye el principal ingreso del tambo y la alimentación uno de los principales gastos. Es por esto que la eficiencia de conversión puede ser usada como un buen indicador de la eficacia de la nutrición utilizada y el manejo general del tambo.
Factores que afectan la eficiencia de conversión
Los factores que afectan la eficiencia de conversión son varios. Entre ellos se pueden mencionar al potencial genético, el nivel de producción, los días en leche, la dieta y la alimentación, el manejo de la transición, el confort y la sanidad, entre otros.
Dentro de los elementos que afectan la eficiencia de conversión, el nivel de producción de leche, lo hace de manera directa. Esto se debe a que la misma ejerce un efecto de dilución sobre los requerimientos determinando que cuando la cantidad de litros o sólidos producidos es alta, una menor cantidad relativa de nutrientes son destinados al mantenimiento y una mayor cantidad a la producción (Figura 1). Por lo tanto, todo factor que permita lograr mayores niveles de producción, logrará en general mejorar la eficiencia de conversión en leche.
Figura 1. Efecto de la producción sobre la dilución de los requerimientos para una vaca de 650 kg de PV y 3,69 GB (Capper et al., 2009)
Los días en leche, lo cual se asocia con el éxito del manejo reproductivo, es otro punto que afecta la eficiencia de conversión. Este parámetro puede estar positiva o negativamente asociado con el momento de lactancia, dependiendo si están movilizando o recuperando reservas o derivando nutrientes para sostener la gestación. Las vacas en inicio de lactancia son más eficientes ya que una parte de su producción es sostenida a través de la movilización de reservas. Por el contrario, cuando la lactancia avanza, la eficiencia disminuye ya que más nutrientes son destinados a la recuperación de reservas y al desarrollo de la gestación (Figura 2).
Figura 2. Efecto del número de lactancia y los días en leche (DEL) sobre la eficiencia en leche grasa corregida al 4% (Weiss, 2017)
El número de lactancia también afecta la eficiencia (Figura 2). Esto está relacionado con que en las vaquillonas parte de lo que comen es destinado al desarrollo corporal y no a la producción de leche. Así, en los animales de primera lactancia la eficiencia de conversión es menor que en los de segunda y en los de segunda menor que en los de tercera. Es por esto que en las vaquillonas es importante lograr un adecuado peso y desarrollo al momento del parto, estando esto positivamente relacionado con la producción y la eficiencia de conversión (Figura 3).
Figura 3. Respuesta productiva en las tres primeras lactancias al aumentar el peso vivo al parto. Litros de leche por cada kg extra de peso vivo al parto (Dobos et al., 2004)
En relación a la nutrición, las dietas tienen gran efecto sobre la eficiencia de conversión. Factores como el consumo, la calidad de los forrajes conservados y el forraje fresco, el procesamiento de los granos, el nivel y el tipo de proteínas, la posibilidad de uso de subproductos o la incorporación de aditivos, tienen efecto sobre la calidad de las dietas y la producción que logran las vacas. Sin lugar a dudas los avances técnicos realizados sobre estos aspectos en los últimos 25 años han contribuido a mejorar el aporte de nutrientes de las dietas, permitiendo que la mejora en el potencial genético se exprese y logrando así aumentar eficiencia de conversión de los rodeos.
El manejo de la alimentación también impacta de manera directa o indirecta sobre la eficiencia de conversión. Factores como las rutinas y los horarios de la oferta de ración, el manejo del mixer, la forma en que se realizan los pastoreos, el manejo del comedero, etc., permiten optimizar el uso de los recursos y maximizar la producción, aumentando así la eficiencia de conversión del rodeo. El balance de las dietas también se encuentra ligado a la calidad y consistencia de los ingredientes de la ración. Por lo tanto, el muestreo y análisis periódico de los ingredientes y de las raciones mismas resulta importante a la hora de reducir las variaciones de las dietas ofrecidas a las vacas, lo que sin duda afecta la producción y la eficiencia.
El estado corporal al parto es otro punto que se relaciona con la eficiencia de conversión. Un adecuado nivel de reservas permite lograr una mayor producción en el inicio de lactancia ya que es aquí donde parte de la producción es sostenida por la movilización de reservas corporales (Figura 4). Si bien un adecuado estado corporal en este momento es el objetivo para maximizar la producción, se debe tener en cuenta que tanto un bajo nivel de reservas como uno muy alto resultan negativos. Esto así porque una escaza cantidad de reservas no permite sostener una alta producción en el inicio de la lactancia, mientras que una muy elevada, se asocia con una mayor incidencia de problemas metabólicos. Por lo tanto, en una escala de 1 a 5, el estado corporal objetivo para el momento de parto es 3,5.
Figura 4. Relación entre el estado corporal al parto y la producción de leche (Programa Claves, 2009)
El periparto o la transición es donde las vacas son vulnerables a sufrir enfermedades metabólicas, infecciosas y nutricionales. Estas afecciones están altamente relacionadas entre si y condicionan la salud, la producción y la reproducción. La disminución en el consumo de materia seca, la menor capacidad de respuesta del sistema inmune y la dificultad para mantener los niveles de calcio en sangre explican la mayoría de los problemas que sufren las vacas en este período. Es así que un inadecuado manejo entre el secado y las primeras 3 a 4 semanas posteriores al parto se asocia con alta incidencia de enfermedades, menores picos de producción y mayores problemas reproductivos. Por lo tanto, lograr atravesar la transición sin problemas también posibilita que eficiencia de conversión sea maximizada.
El ambiente es otro punto que condiciona la eficiencia de transformación de alimentos en leche. En los sistemas no confinados, el barro en callejones y accesos, la distancia de las caminatas entre la parcela y el tambo aumentan los costos energéticos de mantenimiento reduciendo la disponibilidad de nutrientes para la producción de leche. Junto con esto, las vacas necesitan disponer de tiempo y un buen ambiente para actividades diarias como el descanso, la rumia y el consumo de alimentos. Dentro de estas actividades que realizan las vacas el descanso es fundamental y cualquier factor que lo altere afecta el consumo y con esto la producción (Figura 5). De esta manera lograr un ambiente adecuado tiene efectos positivos sobre los requerimientos energéticos y el consumo de alimentos.
Figura 5. Relación entre el tiempo de descanso y la producción (Grant, 2007)
La temperatura también tiene su influencia sobre la performance de los rodeos, siendo el calor el que ejerce los efectos más negativos en Argentina. El aumento de la temperatura y la humedad determinan que las vacas dejen de comer, aumenten el gasto de mantenimiento para dispar el calor, disminuyan la rumia y alteren su comportamiento general. Esto afecta negativamente la producción (10 a 30% de perdidas), disminuye la eficiencia de conversión, reduce los picos y la persistencia de la lactancia, afecta negativamente la reproducción y aumenta el conteo de células somáticas. Un aumento del ITH (Índice de Temperatura y Humedad) por encima de 68 es el límite por encima del cual las vacas comienzan a sufrir los efectos negativos del calor. Por lo tanto, la aplicación de estrategias como el uso de sombras, ventilación y aspersores, el adecuado suministro de agua, el manejo de los horarios e incluso la implementación de ciertas estrategias en las dietas resultan de utilidad para mitigar estos efectos de las altas temperaturas sobre las vacas.
Finalmente, la eficiencia lechera es la habilidad de las vacas para convertir alimentos en leche. Si la demanda relativa de nutrientes para no lactancia pueden ser reducidos, más nutrientes estarán disponibles para la producción de leche y la eficiencia será mayor. El uso de adecuadas dietas y estrategias de alimentación, el buen manejo reproductivo que permita mantener al rodeo con un bajo número de días en leche y la disminución de los requerimientos de mantenimiento a través de ofrecer a las vacas un adecuado ambiente y confort, permitirá aumentar la eficiencia de producción y así mejorar la rentabilidad del sistema.